Al descartar por completo el queso de mi dieta, necesitaba encontrar ‘algo’ que recubriera con encanto tanto los canelones como las lasañas en sustitución del queso gratinado y prescindiendo de cualquier tipo de queso vegano.
Así que manos a la obra, después de mucho pensar acerca del sabor extra que buscaba, pensé que un toque crujiente y especiado les iría como anillo al dedo. ¿Queréis saber mi truco casero?
Tan sencillo como combinar en la picadora un puñado de avellanas, pistachos pelados y una cucharada de canela.
Me encanta el sabor que le da a la pasta (¡a veces sin necesidad de bechamel!) porque combina a la perfección con cualquier tipo de relleno de verduras, y por supuesto, en casa están encantadísimos de probar una versión de lasaña 2.0 súper sabrosa!
Huele muy bien! Segurísimo que lo probaré!